sábado, 10 de julio de 2010

La insoportable levedad del ser

Hoy terminé de leer La insoportable levedad del ser y me siento ligeramente abrumado. Muchas cosas dan vueltas en mi cabeza, ideas punzantes que por momentos se adueñan de mi. Al igual que siempre, se escapa de mi comprensión la linea en que lo cotidiano se separa de lo sagrado (o la linea en que separa Dios de la mierda). Por momentos creo que la unión es inevitable; que estos polos que nosotros hemos dado el carácter de opuestos no son más que las diferentes caras de una misma cosa: Todo surge de un mismo lugar y llega al mismo punto.
Otras veces esta idea me parece un absurdo. Cómo algo sagrado puede estar conectado con nosotros, darse el lujo de tomarnos la mano, de acariciar nuestras mejillas. Me considero blasfemo y con la cabeza baja vuelvo la vista al libro.

Ahora las paginas de La insoportable me han hecho volver a pensar: Hace unas horas me sentía ligeramente triste. Mis reflexiones me habían llevado a la conclusión de que no existe una solución factible para la realidad en que vivimos. Que al haber sido parte de la sociedad de consumo y globalización el resto nos estaba vedado. ¿Cómo volver a una etapa de equilibrio, de templanza, en donde los valores sean los pilares básicos de la sociedad y la educación no sea un lujo sino una realidad? ¿Cómo exigir que la comunicación de los seres humanos sea abierta, cuando somos incapaces de poner en palabra nuestras ideas y renegamos al rescate de una lengua que (queramos o no) se ve empobrecida? La respuesta se escapa y yo me sentía incapaz de encontrarla, mas al caminar por la calle algo llamó mi atención: un arcoiris surcaba el cielo claro y luminoso, despejado ya de los rumores de la lluvia.
No fui capaz de entenderlo hasta ahora que termino de leer el libro. Aun (aunque nosotros no seamos capaces o no queramos verlo), aun queda belleza en este mundo y la esperanza se manifiesta de formas inesperadas.
Ahora una calidez me habita y sonrío placidamente. Es quizá la sonrisa de Karenin.


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Los invito a que voten por esta serie de fotos de Rodolfo Candelas (mi querido hermano) sobre los arpisteros de Pajapan, Veracruz:
"(...)son los últimos músicos con vida que conocen y recrean el repertorio ritual de la música de arpa del Sotavento Veracruzano. En la serie fotográfica se muestran aspectos de su participación en la mayordomía de la fiesta de la Virgen del Carmen, durante su velación (la víspera de su día). Cabe destacar que su música es parte central del ritual y que la mayoría de los actos de devoción y purificación que realizan los miembros de la comunidad, únicamente se llevan a cabo mientras ellos tocan. (...)"


Voten aquí: Serie fotográfica

6 comentarios:

Yeni Rueda López dijo...

La relación de Karenin con Teresa me trajo muchos recuerdos. Sobre todo por que mi "Karenin" también enfermo de cáncer y al igual que Teresa era lo que mantenía alegre durante la adolescencia. Ciertamente la película no logra mover lo que el libro, yo ni siquiera termine de verla. En lo personal todo lo expresado por Kundera en esta novela me llego justo cuando lo necesitaba, y se involucro mucho en mi vida. Es de mis favoritos de este año y de la vida.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Para mi este libro tiene tantas lecturas como veces lo he leido. Es un arroyo que siempre está allí para apagar tu sed, pero nunca es el mismo. Eso solo pasa con la gran literatura.

Respecto a la desesperanza, aunque la noche de la tierra parezca impenetrable, no voy a dejar de caminar. Mis muñecas y rodillas están rotas y cubiertas con cicatrices, pero sigo andando ya no con mis pies, sino con mi corazón.

Et lux perpetua luceat eis.

Gracias por el ad.

Te quiero mucho hermano.

YoSabina dijo...

Karenin rie pero Franz nunca llega a saberlo.

YoSabina

Anónimo dijo...

Posiblemente todo sea una ilusiòn, lo se no me paro de dar vueltas la cabeza cuando lei ese libro, dificil de entender el por que hemos de estar en un cuerpo y mundo que no elegimos,
¿el karma?, ¿un azar?
¡Que rayos!
Voy a tomar un café.

wajajajajaja, estoy de regreso.

Jerónimo Emiliano dijo...

Un gran libro.
Excelentes meditaciones al respecto.
Un gran blog.
Un gran amigo.
Saludos, carnal.

Sergio David Lara Castañeda dijo...

Muchas gracias a todos por su comentarios. Me hacen el día.