domingo, 31 de octubre de 2010

Poemínimos varios

A pesar de todo, tengo fe en las cosas sencillas:
en los besos que se dan en la mañana cuando el mundo aún no tiene forma,
y en un buenos días,
común como los lugares comunes,
en el que decimos te amo y lo dejamos madurar.

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Quien dijo que el amor no crece en las paredes mentía

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Sin importar lo que pase, hay que quemar las naves y aceptar que, contra todo pronostico, la vida es más hermosa de lo que desearíamos.

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Vine a preguntarte:

¿qué son estas flores creciendome en los labios?


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Que no cunda el pánico, no esta solos (aunque queramos)


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Y aunque no lo diga, sabes que hay algo inevitable

algo que no ocultan tus ojos, ni las palabras que elegimos

para esta despedida.

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No digamos mentiras

ni esperemos que los artificios descubran en nosotros

los destellos del ágata,

o el amor que tejemos por las noches.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Cita a ciegas

Juan se sentó y saludó a una mujer de la cual apenas conocía el nombre. Cuando, una semana atrás, vio el mail de Maria anunciando que había arreglado una cita a ciegas para él, jamás pensó que resultaría de esta manera. El correo no mencionaba más que tres cosas: el lugar, la hora del encuentro, y, por supuesto, el nombre de la señorita. Así, cuando Juan se sentó en la mesa, dijo el nombre de Valeria como si la conociera de hace mucho tiempo. Las cosas sucedieron con una rapidez y naturalidad inesperadas. Valeria lo recibió con un beso en la mejilla y ordeno un plato de sopa. No llevaban mucho tiempo en la mesa cuando ella se levanto, lentamente pero sin dudar, y, con la cuchara que estaba a un costado del plato, desprendió los ojos del rostro estupefacto de Juan; después susurro ha su oído: "estamos listos para empezar". Así, tanteando sobre la mesa, Juan encontró la copa de vino y tomó un generoso trago.

lunes, 11 de octubre de 2010

Otto e mezzo

  1. No sé por qué, pero no encuentro ese punto exacto en que debes caer rendida a mis brazos.
  2. La oscuridad me sigue dando miedo, sobre todo cuando estas lejos.
  3. No sé por porqué me tiemblan las piernas si te veo, por qué sudan las manos, y los ojos se pierden en en la distancia cuando te vas.
  4. Desconozco los motivos que me llevan a escribirte poemas a media noche.
  5. Y no soy capaz de entender estos sueños sin rumbo, que me conducen siempre al abismo entre tus piernas.
  6. Todo es claro y transparente, como un destello que mana de tus ojos y todo lo ilumina.
  7. Y sin embargo, no sé por qué te desvaneces y yo, como un ciego que intenta asirse a Dios, me encuentro abrazando el vacío.
  8. No sé por qué no sé...
    1. Y no me importa.