lunes, 11 de octubre de 2010

Otto e mezzo

  1. No sé por qué, pero no encuentro ese punto exacto en que debes caer rendida a mis brazos.
  2. La oscuridad me sigue dando miedo, sobre todo cuando estas lejos.
  3. No sé por porqué me tiemblan las piernas si te veo, por qué sudan las manos, y los ojos se pierden en en la distancia cuando te vas.
  4. Desconozco los motivos que me llevan a escribirte poemas a media noche.
  5. Y no soy capaz de entender estos sueños sin rumbo, que me conducen siempre al abismo entre tus piernas.
  6. Todo es claro y transparente, como un destello que mana de tus ojos y todo lo ilumina.
  7. Y sin embargo, no sé por qué te desvaneces y yo, como un ciego que intenta asirse a Dios, me encuentro abrazando el vacío.
  8. No sé por qué no sé...
    1. Y no me importa.

2 comentarios:

Montserrat dijo...

Creo que una de las funciones vitales y primordiales del poeta es desconocer el "por qué".

Anónimo dijo...

Por qué no te importa?