domingo, 29 de agosto de 2010

Nicmatiik o sobre los animales

El día sábado tuve la oportunidad de participar en el evento Nicmatiik (festival cultural en beneficio a los animales), realizado por Abi del Rosal en Explorartes, leyendo un ensayo en el que traté de hacer ver a las personas porque vale la pena (y no sólo vale la pena, sino que es necesario) ayudar a los animales.
Este ensayo inicia con un poema que ya había puesto por aquí, pero que sirvió a crear la idea que desarrollo. El poema surge de la muerte de Miau miau gansito II y del sentimiento de unión que enterrarlo me trajo.
Se los dejo y espero sus comentarios:



Un gato ha muerto esta tarde, 
yacía inmóvil, 
y sus ojos, 
apenas abiertos, 
estaban repletos de horror. 

Lentamente lo arroje sobre la tierra 
y al ver su cuerpo reposar 
me vi a mi mismo 
viéndome, 
vi mis manos 
echar tierra sobre mi cuerpo 
y supe que era mi muerte 
la que yo mismo sepultaba. 


Cuando me comentaron que existía la oportunidad de estar en un evento que apoyaba el cuidado de los animales, no dudé en participar. Sin embargo, cuando me di cuenta de que realmente tenia que sentarme a escribir algo, la cosa cambió mucho. Mi primer y más grande duda es ¿qué se puede decir para convencer a la gente de que vale la pena cuidar a un animal, otorgarle cariño y sobre todo, mucho tiempo; en un mundo en el que cada vez el cariño es más escaso y el tiempo pasa más y más rápido? Después me dijeron que debía de ser positivo y la tarea se volvió titánica, por no decir imposible. Sin embargo, algo me dijo que era necesario que me sentara frente a la computadora y me quebrara la cabeza para tratar de solucionar este dilema. Después de varios días de intentarlo, un pequeño haz de luz apareció. Pensé que quizá el problema esta en que siempre tratamos de convencer a las personas de tratar bien a los animales y de respetarlos, hablando de ellos como si fueran algo externo a nosotros, es decir, invitamos a las personas a que se interesen por algo, pero hablamos de esto como si se tratara de extraterrestres cuyo contacto jamás presenciaremos. La solución apareció ante mi, como una respuesta ineludible: somos responsables de todo lo que nos rodea y no podemos huir de esta responsabilidad. Es por esto que es imperativo hacer ver a las personas el deber que tenemos con todas las criaturas que habitan este planeta. Porque, inevitablemente, cada una de nuestras acciones repercute a toda la sociedad. 

Cuando hablamos de los problemas que el planeta y, siendo más específicos, Morelos está pasando, no dudamos en dirigir nuestros dedos a un sinfín de direcciones en busca de un culpable. La verdad es que el único lugar al que nuestro dedo puede apuntar sin equivocarse es hacía nuestro propio pecho; ya que hemos sido nosotros lo que hemos permitido que los tejidos sociales se desgarren, los valores se pierdan y los cimientos de la sociedad entren en crisis. No dudo que la primera reacción sea la de rechazo, ya que la idea no es agradable y mucho menos cuando nosotros somos el blanco de nuestras propias criticas. Muchos pensarán “yo que tengo que ver, jamás he robado ni matado a nadie, no incito a la gente a mentir o cometer ninguna clase de delitos” sin embargo, es necesario que vayamos un poco más allá, que miremos más de cerca el cáncer que abate a nuestra sociedad, para darnos cuenta de que en el mundo son pocos los que en realidad cometen crímenes penados por el sistema legal. El problema no es este, sino que con nuestras acciones estamos justificando lo que pasa a nuestro alrededor: cuando nos metemos en la fila del supermercado, cuando el acotamiento se convierte en un carril más de la autopista o cuando con o sin intención tiramos la basura en la calle. 

Las relación entre cualquier crimen y los hechos antes mencionados parece no ser muy clara y es por esta razón que es pertinente tocar el tema del trato o mal-trato que tenemos con los animales. Seré más claro con mi hipótesis: 

A sido necesaria una especie de introducción para dejar en claro algo: Los grandes problemas de nuestra sociedad no son más que un reflejo de las cosas que suceden en el día a día. 

Es aquí donde entran nuestros queridos animales, no como una especie diferente a la nuestra sino como el claro reflejo de nuestros problemas. El trato que tenemos con estos seres se ha convertido en un reflejo del trato que tenemos con nuestros semejantes. Es por esto que hemos delegado este problema, tratando de convertirlo en una especie de pequeña mancha por la que no vale la pena preocuparse. Porque en lo que se refiere a nuestras fallas diarias, es posible disimular nuestra culpa o dirigirla a alguien más: la prisa, el gobierno y la necesidad parecen ser atenuantes de nuestros errores. Pero, es con los animales donde nuestra conducta se vuelve una especie de espejo cultural. Las aberraciones que cometemos contra ellos no pueden ser disimuladas: el maltrato, el abandono, las perversiones y, en general, todos nuestros actos, nos otorgan un sentido unívoco de culpabilidad que no puede ser escusado por la casualidad o cualquier otra cosa. Es por esto que hemos aprendido a desviar la mirada e ignorar la realidad de nuestros actos, que, más que nunca, tienen una importante carga de responsabilidad. 

De esta manera, si anhelamos regresar a una sociedad de valores, es de vital importancia que comencemos por respetar a estos seres vivos que son incapaces de valerse contra el odio y la irracionalidad humana. El cambio de igual a igual puede parecer sencillo, pero no sucederá hasta que estemos dispuestos a identificarnos con lo diferente. Hasta que cambiemos nuestras acciones en contra de los animales por respeto, cordialidad y cariño, seremos capaces de cambiar la realidad que nos afecta. Porque es dando pasos como este, de los que parecen pequeños, que el mundo puede transformarse y los valores pueden recuperar su lugar básico dentro de nuestra sociedad. 

Algún escucha escéptico preguntará ¿dónde quedó el lado positivo? Y la respuesta es sencilla: el lado positivo y esperanzador, esta aquí, en este evento y en cada uno de nosotros. 

Gracias.

No hay comentarios: