miércoles, 2 de junio de 2010

Shakespeare nunca lo hizo: poemas de un pájaro azul en una taberna

Me he dado cuenta de que nunca les he hablado del porque se titula así este blog,  Secuelas de una nota de rechazo es un homenaje a Charles Bukowski el último poeta maldito. La fama de este escritor proviene (principalmente) de su narrativa, y es de ahí de donde he tomado el titulo, la cosa va más o menos así:

"Secuelas de una larguísima nota de rechazo es el primer relato que, con 24 años, escribió Charles Bukowski (...) El relato cuenta de manera magistral los sentimientos de un escritor que continuamente ve cómo son rechazados los originales que envía a revistas y editoriales."

Y a pesar de la maestría narrativa de Bukowski, que tiene sus raíces en Celine, Heminway y que influencia y se deja influenciar por la generación beat, a pesar de su calidad, yo decidí abordarlo desde un lado menos conocido pero más familiar para mi: La poesía.

Es este lado de Bukowski y el que me cautivó totalmente, en el que me identifiqué y desde el que me veo mayormente influenciado. Desde él, fue que encontré a otros grandes como Leopoldo Maria Panero y la misma generación beat (ya antes mencionada). Así he decidido retomar un ensayo extraviado, pulirlo y dejarlo por acá. Espero entonces que disfruten este ensayo-homenaje que aborda precisamente la poesía de Charles Bukowski.



(si a alguien le interesa la narrativa de Bukowski les dejo un link: 
   

Shakespeare nunca lo hizo: poemas de un pájaro azul en una taberna

Acostado sobre el sillón, con una barriga inexplicablemente grande y un poco de cenizas en ella, se encuentra Buck. De una manera inexplicable lleva la boquilla de una cerveza a la boca y da un trago. La habitación es un caos, sin embargo, él permanece quieto, como una estatua inamovible e impenetrable; parece extasiado por mi presencia y toda esta escena (que a simple vista parecería carecer de sentido) adquiere en estos instantes un carácter artístico. Anoche, seguramente ha ido a un bar, se a sentado a observar a las mujeres y mientras fumaba un cigarro, ha localizado cerca de la barra a su presa: su próxima inspiración le está esperando con una pequeña falda fluorescente que deja ver sus nalgas, que al parecer, debido a los años o a la falta de ellos, carecen de forma. Él se acerca lentamente después de haberla visto beber hasta casi no aguantar su propio peso, murmura unas palabras que inclusive en este momento él mismo desconoce y la toma del brazo; juntos caminan por la ciudad oscura, atravesando bares, callejones solitarios y prostíbulos; pero ninguna de esas es su parada, ellos buscan el confortable calor de un pequeño departamento para poder entregar sus cuerpos a la noche. Así, después de haber caminado dando tumbos y en zigzag por al menos dos horas, llegan al lugar en dónde ahora me encuentro frente a él, solo. Mientras recita sus poesías y yo viajo a aquel momento en el que debajo de las estrellas, en esta misma habitación, le hizo el amor, al decimonoveno amor de su vida, que como siempre llevaba una falda diminuta, rosa fluorescente.

Así lo soñé ayer, y al abrir los ojos sin siquiera parpadear, levanté mis brazos medio adoloridos y tome de la mesita de dormir “Poemas del viejo indecente” de Charles Bukowski. Al abrir la primera hoja vi el primer signo de virtud en aquel escritor, en aquel poeta al que acudo por las noches con la soledad ahogándome, o en las mañanas después de haber soñado; y es que acompañadas de un dibujo están escritas las palabras: “these words keep me from total madness” y es así como escribe Bukowski: al borde de la locura, de forma visceral y directa. Poseedor de una belleza antiestética, su poesía entra por la ventana y nos toma desprevenidos para trasladarnos, no al cielo, ni al infierno, sino a algo mucho más puro: la realidad.
Heinrich Karl Bukowski o Charles Bukowski nació el 16 de agosto de 1920 en Alemania, sin embargo en 1923 se muda a Estados Unidos. Su infancia (como la de casi cualquier artista) fue atormentada, su padre le golpeaba (como narra en muchos de sus poemas y en algunos libros) y en la escuela no era muy bien aceptado, esto fue formando su carácter fuerte.
Pese a que a los 24 hizo su primera publicación, no fue sino hasta después de 1955 que empezaría a escribir poesía (su entonces esposa, la escritora y también poetisa Barbara Frye, dudaría múltiples veces de su habilidad1).
Con el tiempo Henry empezaría a publicar sus poemas y sus escritos dejando como marca personal su forma cruda de decir las cosas y su increíble realismo que lo llevaría a ser despreciado por muchos y amado por otros. Su poesía prescinde de la estética concebida en el verso clásico para encontrarnos con nuevas formas de poesía, nuevos recursos.



El amor, la pasión, el sexo, se acercan a Henry como mariposas negras que brillan en un mundo sin matices, completamente blanco, y Henry se deslumbra por su belleza, porque es capaz ver a través de la alas negras, de la oscuridad, para ver la luz aun más pura, saliendo de sus corazones destrozados llenos de alcohol y de sinsabor.


Es tan fácil ser poeta
Y tan difícil ser
Hombre


Charles libera su pájaro azul por las noches, cuando nadie ve, cuando nadie escucha, aunque por el día, es obligado a ser hombre, a mostrar su rostro demacrado. Al salir a la calle sus ojos lastimados parpadean, pues la luz ya no le es conocida, camina entre la gente, dando pasos equivocados, desconcertado, su mirada es voraz, puesto que no ve la poesía que los rodea, y él se da cuenta que es tan fácil ser poeta y tan difícil ser hombre, por eso se encierra en su habitación en las mañanas y le hace el amor a una puta, y se entrega sin dejar que lo sepa, y sediento de este estado puro le hace (también) el amor a su máquina de escribir, mientras a su lado, le acompaña una botella de vodka y su máquina de escribir vomita sus poesías y sus cuentos, pero él sigue solo, dándose sin quererlo, con el alma a flor de piel. Sin embargo, al que se le acerca, le saca los ojos con una de las teclas de su querida maquina… dime Buk, ¿a cuenta gente has matado hoy?.


Poemas de un viejo indecente”, es una válvula de escape, una biblia excomulgada que maldice al destino y le grita. Bukowski se derrama en estas páginas y nos deja saber en confesiones cuanto nos ama, nos muestra su pájaro azul y nos habla de la noche en que iba a morir. Nos araña y nos golpea mientras 40,000 moscas a nuestro alrededor vuelan a la una treinta y seis am y Charles hace alegorías a Celine, Van Gogh y Dostoievski. En estas páginas está la vida plasmada sin decorados innecesarios, como un diamante en bruto: la vida en su máxima belleza decadente.

Entonces las preguntas se hacen obligatorias: ¿qué es un poeta?, ¿qué significa vivir?, preguntas que quedan abiertas y que se responden solo parcialmente, porque la verdad nunca es lo que se espera, y siempre deja un amargo sinsabor.
¿ Es el poeta es el que concibe al mundo desde una visión estética? Pero, y si el mundo es aún más bello porque carece de eso, porque en su imperfección crea prismas que reflejan la gama más amplia de colores.
Y, ¿qué es belleza? Las flores, las putas o el cuerpo de una mujer desnuda, la poesía, el amor o el odio, o quizás una máquina de escribir en medio de una habitación llena de botellas vacías: la belleza es encontrar abajo de la almohada los residuos de una torta de jamón y tener mucha hambre, la belleza, es, quizá, entrar a un bar y desaparecer.


COMO SER UN GRAN ESCRITOR


Tienes que cogerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
Y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
No te exijas.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
Quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
Más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continúa.
Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primera embestida.
Y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
Hay tiempo.
Y si no hay,
está bien
igual.
 



1 Cita requerida tomada de: es.wikipedia.org/wiki/Charles_Bukowski


7 comentarios:

Daniel Salinas Córdova dijo...

Los beats son la onda...
No conocía a Bukowski, pero suena bien interesante, le hecharé un ojo...
Y un día de estos seguiré alguno de sus consejos para ser un gran escritor.
Saludos

Anónimo dijo...

Sacar belleza de las miaradas juiciosas de los demás...
Demostarar que puedes ser un animal independiente y que no necesitas de la manada para verte como el animal que eres... Somos.

Saludos; te quedó muy bien el rediseño de tu Blog.

Anónimo dijo...

Wao, quien diria, en algun momento pense que tu blog tenia ese titulo por alguna otra razon. Nada mal, ese es el Sergio al que todos queremos xDDDDD.

Davo Valdés dijo...

Bukowski no era beat.

No he leído el artículo, pero lo haré. Sólo pasaba a anunciar que ya te he agregado a mi blog como enlace amigo.
Nos vemos pronto.
Saludos.
P.D. Regresaré a comentar este post.

Sergio David Lara Castañeda dijo...

Por supuesto que Bukowski no era Beat, así como tampoco lo era Burroughs. Sin embargo es inegable la estrechez de su escritura y el entremado que se crea entre ellos.

Un enorme saludo.

Y gracias por el enlace.

Espero tu comentario

Abraham Peralta y Vélez dijo...

Yo no sé que pueda ser la belleza, si es en sí misma o a través de quien la descubre, si es ciertos objetos en particular, no lo sé, pero lo que sí afirmo, como tú lo bien lo dices, es que la belleza como la poesía nace del hambre. Y así nació la belleza de Charles Bukowski, de la miseria que es tener hambre, mucha hambre. Te recomiendo la pelicula de Ordinaria Locura, que es sobre Charles, muy buena, de mis favoritas.

Sergio David Lara Castañeda dijo...

Gracias por el comentario y por la recomendación.

Un saludo desde acá.