domingo, 7 de junio de 2009

Noticias que duelen y sin coraje para escribir

Habrá que hablarle a los poetas muertos, al Benedetti que se me escapo cuando más lo necesitaba, porque la aurora es traicionera y estas soledades acompañadas de hastío me llaman. Me costó descubrirte entre mis recuerdos y buscarte cuando ya te habías ido, tarde demasiado en encontrar las palabras, pero siempre hay un “Canto de amates”  para descubrir que no hay otra cosa en este mundo más que belleza.

 

 

Ha pasado (creo) un poco más de un mes desde la última vez que escribí por aquí y han pasado muchas cosas  que parecen ya no ser noticia pero que siguen inundando mi corazón, en esta ocasión la computadora reproduce “mind’s eye” de wolfmother  y yo consigo el valor para escribir lo que  me duele, se me fue Benedetti y no tuve tiempo de decirle adiós, el mundo se volvía pequeño y las luces en las calles se fueron apagando una a una así que me dirigí a mi cuarto a buscar algún poema que fuera mas mío, mas real, pero suele suceder que al llegar al nuestro destino el objeto del deseo se haya esfumado y así sucede, la computadora se enciende y la noticia aparece como un balde de agua fría: Benedetti a muerto.

No queda entonces otra solución que vagar en busca de la respuesta que se perdió en aquel momento, el amor que tanto atesoraba amaneció muerto entre las sabanas y no quedó más opción que vagar por un zócalo que ahora lastima.

Afortunadamente el tiempo ha pasado y si el dolor no ha desaparecido al menos queda un refugio:

La presentación de un libro de poetas morelenses nacidos en los 80´s

El nombre: Canto de amates

La compilación llevada a cabo por Alejandro campos y Ricardo Arce

Al final, siempre habrá un rayo de luz para iluminarnos y en esta ocasión nace este libro lleno de poesía que nos recuerda que a pesar de que esta vida está llena de sombras y que parece que la política de mierda invade al país, siempre habrá espacio para la creación y el arte, que aun hay gente interesada en rescatar la belleza que existe en este mundo.

Por eso y con la poesía como testigo hoy me levanto con ganas de acabar el día.

 

La cama esta triste

Desde que te fuiste

Mi cama anda triste,

Tan triste que se le rompió una pata.

 

Ahora mi cama anda coja,

Y yo no cojeo con nadie.[1]



[1] “La cama triste” De la antología Canto de amates  por Ricardo Arce