jueves, 29 de abril de 2010

Noticias:

Hoy me tomaré la libertad de darme un post dedicado al ego, a todas esas cosas afortunadas que han sucedido últimamente y que día con día me llenan de felicidad.

Para empezar me gustaría hablar de mi hermano, y de un proyecto que está realizando actualmente y que creo que vale la pena checar, sobre todo porque en mi entendimiento el proyecto busca la concientización por medio de la expresión artística, pero ¡Basta de palabras mías! se los aseguro, vale mucho la pena:


Ahora les platicaré un poco acerca de mi:

En días recientes tuve la fortuna de poder ganar el concurso nacional de creación literaria de Tecnológico de Monterrey, con un poemario que se llama: "Temporada de lluvias" que como tema principal trata precisamente de la lluvia y de como a través de las experiencias de vida que se tienen la connotación de este elemento mágico cambia.

Ahora les dejo unos poemas y si les llaman la atención los invito a que vean:


Lugar donde no solo encontrarán mis poemas sino todos lo ganadores.

Espero que les agrade.

Saludos.

Pd. Ya se habia perdido la costumbre pero de nuevo aqui estan mis fotos para acompañar los textos.





Descubrimiento


5 de septiembre de 2009


A Karla, mi amor.




Con el corazón repleto

De llamadas inconclusas

He llegado a esta ciudad

Como quien llega

A una soledad para habitarla,

Con la tormenta a cuestas.

Y mientras zurcía los inviernos,

Caían entre mis manos

Pétalos y labios maduros,

Que al tocarme

Se abrían dejando la pulpa,

Invadiéndome de dulce.

Escribimos en nuestras manos

Contornos para después,

Sólo como pretexto para regresar

Y robarte un ombligo que se esconde,

Todo se quedó azul, mientras

Traducía los jeroglíficos de tu cuerpo

(Eres torpe, lo sé y me gusta imaginarte

Cayendo sobre el acantilado de mis ojos,

Como Ícaro en llamas, repleta de lluvia)
 
 
 
Otra vez



(Ritual para conjurar la lluvia)


2 de septiembre de 2009



Otra vez te busco

En esta casa vacía

De puertas derruidas

Colgando de un hilo de tu oreja.

Otra vez te conjuro

Derramado entre la lluvia

Con satélites circundando tus pezones

Como órbitas trazadas a lápiz,

Con cráter en el centro de tu abdomen.

Otra vez te siento,

Siento cómo humedeces mis costados

Y te estancas en los párpados

Tan repleta de agua,

Recorriéndome río abajo.

Otra vez te espero

Con los labios apretados

Supurando leche y fermento

Junto al fuego, danzando,

Danzando sin fin,

Sintiendo el golpe de tus gotas.
 
 
Jade
 


Martes 18 de agosto de 2009





Gotas de agua
Derrumbándose

Sobre las capotas de los carros,

El pavimento repleto de islas

Cubiertas de lluvia,

Una mirada que se evapora

Y deja estelas de jade,

Una hoja

Con el verde deslavado.



Lluvia



Martes 18 de agosto de 2009



Tenía que buscarte,

Llamarte caleidoscopio aunque las luces se apagaran,

Encerrar entre mis manos el granizo

Y desgranar con desgana el sol que brilla entre tus labios.

Tenía que buscarte,

Enmarcar el vértice,

Diluir el ámbar,

Convocar el eco,

Girar el palo de lluvia aunque en tus ojos haya nieve.

Tenía (en fin) que buscarte,

Pero salió el sol.

domingo, 25 de abril de 2010

Sócrates.

Sócrates ha llegado a nuestra vida en un ir y venir de cosas. Exiliado de todos lados menos de nuestros corazones, este gato (parece) llegó para quedarse.
Les dejo con unas fotos y un poema triste dedicado a Miau Miau Gansito II que en paz descanse:




Un gato ha muerto esta tarde,
yacía inmóvil,
y sus ojos,
apenas abiertos,
estaban repletos de horror.

Lentamente lo arroje sobre la tierra
y al ver su cuerpo reposar
me vi a mi mismo
viéndome,
vi mis manos
echar tierra sobre mi cuerpo
y supe que era mi muerte
la que yo mismo sepultaba.


miércoles, 21 de abril de 2010

Yo, la peor de todas o como todo empezó con un sueño, el primero.

“La peor de todas”, la que buscó en el abismo interminable de la fe y supo encontrar, la que no se rinde, la que escribe porque es presa de las letras, la que ama, pero ama sin miramientos, la que siente y sufre, la que sueña el primero sueño, la génesis, el hallazgo de una nueva era a la que no pertenece, la ávida de conocimiento, la que rehúye al queso y a la gente idiota: “Yo, la peor de todas”



Sor Juana Inés de la Cruz, Juana de Abaje, la décima musa nació el 12 de Noviembre de 1648 y desde su nacimiento se dedicaría a revolucionar el panorama cultural y literario de México (en ese entonces Nueva España). Desde pequeña tendría demostraciones de prodigiosidad y prematura que la llevarían a ser una de las mujeres más influyentes de la literatura mundial. De pequeña rodeada de un ambiente casi agrícola, Sor Juana logró labrarse un camino a través de la sociedad colonial del país hasta la corte del virrey. Todo empezó (según cuenta ella misma en la carta a Sor Filotea) en su primera infancia cuando a escondidas aprovechaba las clases de su hermana para aprender a leer y a escribir, después, en una de esas pequeñas travesuras de niña, la poetiza de los billetes de doscientos pesos descubriría la biblioteca de su abuelo, donde empezaría su sed de conocimiento y de lectura.

Durante su vida Sor Juana mostrará grandes conocimientos de latín y náhuatl, así como una amplia gama sobre teología, filosofía, astronomía, matemáticas, entre otras cosas. De esta manera (y como ya se había mencionado antes) a sus 13 años logró colarse en la corte de la virreina. Sin embargo cedió ante la vida religiosa, según algunos, empujada por su condición de hija natural, según otros por su fe, pero será ella misma la que dirá que su encierro sucedió: “por amor a las letras: oh, ¡si hubiera sido por amor de Dios, que era lo acertado, cuánto hubiera merecido!”. Podemos entender entonces este claustro voluntario como una necesitad inmensa de letras, de paz y sobre todo de conocimiento. Sor Juana dejaría tras su encierro un vasto universo en el que se incluyen: obras de teatro, sonetos, redondillas, liras, ensayos sobre la música, entre otras cosas; sin embargo seria uno el que trascendería las barrearas geográficas para convertir definitivamente a la joven prodigio en parte fundamental de la literatura universal.



Utilizando las propias palabras de Sor Juana en su Carta a Sor Filotea en la que admite que todo lo que escribió lo hizo por encargo y solo fue primero sueño el que nació de su voluntad, Octavio Paz descarta (de una manera relativa) los demás escritos Sor Juana para enfocarse en este que el considera, retador, atemporal y sobre todo el salto definitivo de Sor Juana a la literatura universal: Primero sueño. Esta silva en la que se describe el momento más intimo de la fe, este poema que describe momentos místicos y de suma religiosidad, este poema repleto de simbolismos y referencias, este poema que condena y redime, será el que Sor Juana redactará casi al final de su vida y que dejará huella hasta nuestros días.

Con las características exactas de una silva Sor Juana compone un texto teológico que es capaz de vislumbrar estados de naturalezas ocultos. Este texto que refleja la verdadera Sor Juana, la que no escribe por encargo sino para sí misma; un poema que según Octavio Paz describe el mero acto del conocimiento. Un poema de prismas y pirámides, de soledades, oscuridades, miedos y sobre todos, el descubrimiento de lo inaccesible, aquello que ni siquiera las palabras son capaces de describir: Dios.



Entonces veremos que a pesar del deseo por eliminar la figura divina de Sor Juana que realiza Salvador Novo en su Libro Cabrón, esta musa décima gana su reconocimiento no solo por su inteligencia precoz o su prodigiosidad, tampoco por su extensa obra literaria, sino porque Sor Juana logró, a través de su poesía, trascender la cotidianeidad para indagar en los terrenos más íntimos del ser humano y cuestionar nuestra fe, pero no desde el reto sino desde su propio cuestionamiento. Sor Juana logra divisar la majestuosidad de lo divino y se despide luego con una Carta a Sor Filotea que a modo de biografía y de punto culminante en su obra, nos deja en el silencio. Silencio (escrito) que dura hasta su suicidio romántico o muerte anunciada (según como se quiera ver) para decirnos:



“Yo no estimo tesoros ni riquezas;

y así, siempre me causa más contento

poner riquezas en mi pensamiento

que no mi pensamiento en las riquezas.”

domingo, 18 de abril de 2010

El infierno son los otros.

Juan Rulfo y Jean Paul Sartre unidos, compartiendo un mismo infierno ¿y yo? Yo los acompaño y me encuentro frente al papel en blanco, frente al cadáver ya putrefacto de mi propia conciencia, ante esta soledad tan honda de estar acompañado; me enfrento quizá al ensaño más difícil que mi corta experiencia me ha traído, pero no por falta de puntos comunes sino por la complejidad de los textos en cuestión. Por un lado tenemos “A puerta cerrada” quizá el texto claro pero a su vez sumamente complejo, este texto marca una de las teorías más importantes y cruelmente reales de Sartre: El infierno son los otros. Por eso no encontramos textualmente con hombres (un hombre y dos mujeres) que se encuentran encerrados en una habitación, en la que al principio se descubrirán ignorantes de su condición de muertos y lentamente aceptaran que el espacio en el que se encuentran es el mismo infierno. Repletos de un calor sofocante nuestros personajes esperaran la llegada del látigo, de la piel que se desprende, de la violación y el dolor, sin embargo lentamente descubrirán que no es el castigo físico el que les espera sino uno peor, aquel que encerrara los peores sufrimientos: el eterno martirio de estar acompañado, de saberse observado, escuchado, quizá desnudo frente al otro.

La complejidad del texto yace no solo en esta tesis que se plantea sino en la descripción de los estadios psicológicos que los personajes atraviesan en este infierno. Se puede observar como a su llegada pasan por un estado de negación, quizá de ignorancia, a la espera de que su presencia en ese lugar se debe a algún error, sin embargo al pasar el tiempo entrarán a una especie de aceptación acompañada de un supuesto aislamiento de su alrededor. No tardarán en descubrir la inutilidad de sus actos, puesto que es irrefutabl:, la compañía de los demás está ahí para martirizarle.Entonces los personajes aceptarán su papel de verdugos para castigar al otro con plena conciencia por la eternidad. Mas la complejidad de este texto no se detiene aquí, también se descubre el otro martirio, el del recuerdo, el de la conciencia de que todo continua, el de el descubrimiento del dolor que hemos dejado tras de nosotros.





El otro texto al que nos enfrentamos es la nouvelle “Pedro Paramo” de Juan Rulfo, la cual tiene dentro de su estilo narrativo una composición bastante más compleja, repleta de saltos en el tiempo, diferentes narradores y situaciones fantasmagóricas que hacen de este texto un algo confuso que se entremezcla con el caos. Es sin duda alguna una diferente versión de lo que es el infierno que con todo encuentra vínculos sustanciales con Sartre. En este texto se encuentra de nuevo el elemento del recuerdo y de los otros como figuras espectrales que se encuentran en una ignorancia parcial de su propio destino, uno de los protagonistas el hijo de Pedro Paramo viaja hasta estas tierras para morir, para encontrar la penitencia de sus actos, para encontrar su infierno que es el recuerdo, el recuerdo de los otros, y en esta ocasión los otros no son entes extraños sino familiares, que condenan, denuncian y se quejan, que conocen el pasado y crean el vinculo entre la vida y la muerte. Sera por medio de los otros que entenderemos al personaje Pedro Paramo, que nos daremos cuenta porque su muerte trajo al infierno a Comala, para convertirlo en un lugar árido y caliente, un lugar donde el eco de los difuntos será nuestro martirio, porque ese eco es nuestro propio eco, el eco de nuestros actos recitado por otros, siempre condenando.



En fin, las lecturas a estos textos pueden ser múltiples pero el acercamiento (creo yo) más claro, es la concepción del infierno, de la muerte. ¿Qué será peor castigo que el saber que aquellos que nos rodean serán nuestros verdugos?

miércoles, 14 de abril de 2010

A punto de dormir

Es tarde y estoy cansado, escribo un poema porque te extraño y por culpa de las cosas:





Me pregunto ¿qué horas son estas para llamarte?
No es que haya luna, o viento, o esta inmensa ausencia de tu cuerpo,
son las cosas, 
la mesa,
la taza, el sillón,
mi cama,
el sorbo de té,
el teléfono.

¡La culpa es de las cosas!

Porque llevan impregnadas tu bramido,
tu nombre.
Porque llevan en su cuerpo el estigma andante de tu cuerpo.

Son las cosas:
porque bailan burlonas
y me recuerdan
que hoy
no
duermes
conmigo.

sábado, 10 de abril de 2010

lunes, 5 de abril de 2010

Temporada de lluvias

Hoy es el primer día de mi regreso a clases y me siento exhausto, la verdad las vacaciones más que descanso sirvieron para hacer cosas que quería hacer pero que solo me agotaron aun más. Inicia esta semana y con ella el cambio de horario que me trae frito y se añade a la lista de cosas que me hacen sentir cansado. Me abrí la ceja, tengo que admitir que fue algo más cómico que otra cosa: estaba jugando futbol y recibí un golpe con el hombro del contrario, al revisar si todo seguía en orden me di cuenta de que estaba sangrando, sin embargo no hay nada de qué preocuparse, además de la inflamación y el dolor no hay daños secundarios (o eso espero).


Llegando a la casa (y cumpliendo mi promesa) me puse a nadar y después un baño calientito (como debe de ser). Pienso dormirme pronto.

Me siento feliz (otra vez) fue un día muy agradable y por supuesto regreso aun más enamorado.


Ahora les voy a dejar un poema que actualmente esta concursando en un concurso (válgame la redundancia) y los resultados los dan este miércoles. Espero que lo disfruten, el poemario se llama “temporada de lluvias” y dejo el poema que da título al poemario:





Temporada de lluvias


Martes, 18 de agosto de 2009


Al caer la primera gota

Las palomas se echaron a volar

Dejando la fuente vacía,

La gente corría a refugiarse entre los techos

Mientras las gotas caían

Como misiles convirtiéndose en eco

Pero tú permanecías inmóvil,

La lluvia se amontonaba en aquel sombrero enorme

Que tanto te gustaba,

Los movimientos fueron lentos,

Primero el pecho

Después los ojos,

Las manos,

Los senos,

Tu dedo meñique,

Todo tocaba el suelo

Cubierto por una gravedad incorruptible.



Al caer la última gota

Tus labios se echaron a volar

Dejando la cuidad vacía.